
¿Qué es lo que está sucediendo o qué es lo que nos está sucediendo?
Veamos algunos números, que proporciona la UNASEV: entre los primeros seis meses de los años 2021 y 2022, la proporción de siniestros fatales entre jurisdicción nacional y jurisdicción departamental pasó de 47% a 53% en jurisdicción nacional y de 62,9% a 37,1% en jurisdicción departamental. Lo que nos muestra un aumento significativo para las rutas nacionales.
15 fallecidos en los primeros 11 días del 2023 en siniestros de tránsito. El 73% eran hombres, en tanto que el 40% de los fallecidos tenian entre 20 y 24 años!!!…
No se trata de mostrar cifras, las cuales sirven y mucho para la elaboración de políticas certeras en seguridad vial, tarea del organismo competente, sino que detrás de cada cifra hay vidas humanas, al igual que detrás de cada siniestro de tránsito. Hombres, mujeres, jóvenes y niños, que vieron truncadas sus vidas a causa de un siniestro de tránsito.
Para mitigar esta pandemia, se hace necesario que reflexionemos juntos, en primer lugar pensemos que se hace en nuestro país ante una emergencia sanitaria, ante una pandemia o ante algo desconocido, se encienden en primer lugar alarmas, se estudia el problema, se toman medidas urgentes etc. Pongamos un ejemplo que pasaría si en nuestro país se cayera un avión con 400 personas por año y todas fallecieran, seguramente la alarma y la preocupación sería generalizada, las autoridades tomarían medidas de seguridad urgentes.
Pero vayamos a la realidad, cuando subimos a un avión la mayoría de las personas en principio sentimos miedo, cumplimos con todas las disposiciones y medidas de seguridad que se nos indican etc.
Porque no nos sucede lo mismo cuando subimos a un vehículo automotor, porque no nos sucede lo mismo con los siniestros de tránsito. Porque los muertos en siniestros de tránsito no nos causan alarma, por lo menos no tanto como si sucediera lo del ejemplo anterior. Será porque suceden día a día y porque las muertes se producen de a una, de a dos o de a tres que las consideramos lejanas, que le sucede a otros etc.
Claro, al momento de que suceden los siniestros de tránsito y en especial con fallecidos, se habla del tema (por unos días) los ciudadanos dan opiniones, los técnicos dan opiniones, muchas reales y otras no tanto.
Y si las vemos con atención y analizamos nunca se hacen en primera persona, siempre la culpa está en «los otros».
Pero veamos las causas, las que pueden ser variadas y multicausales, pero veamoslas desde nosotros mismos, en primera persona, desde nuestra vida cotidiana, sin duda más de una vez hemos sido protagonistas. Recordemos además que en la movilidad diaria por nuestras vías de tránsito circulamos peatones, ciclistas, conductores de autos, camiones, ómnibus, camionetas, por vías adecuadas y no tanto, con pozos, sin pozos, con señalización, sin señalización etc.
Por lo tanto debo adecuar mi comportamiento de acuerdo a la vía por la cual transito y si las estadísticas nos indican que una de las mayores causas de siniestros fatales son la velocidad, muchos se podrían haber evitado si hubiéramos cumplido con las normas y ajustado la velocidad a la adecuada. Tengamos presente que en nuestro país, nuestras rutas nacionales, no están diseñadas para velocidades mayores a 110 km/h para automóviles, en el mejor de los casos, y que a más de 90 km/h está demostrado que un vehículo se hace menos controlable ante la necesidad de frenado, necesitando mayor distancia para detenerlo, aumenta el riesgo ante una falla mecánica, se ve disminuido el campo visual, entre otras variables. Tengamos en cuenta además que durante la noche, con lluvia y niebla debemos disminuir la velocidad.
Otra causa de mortalidad en siniestros de tránsito es causada por el consumo de bebidas alcohólicas por parte de conductores de vehículos. Lo cual «todos» sabemos que en nuestro país el consumo a la hora de conducir un vehículo debe ser CERO, aún así, hay conductores que toman riesgos.
Otra causa es la distracción, y me voy a permitir detenerme en algo muy práctico y necesario como es el celular que hoy todos usamos y que NO debemos bajo ningún concepto usar durante la conducción de un vehículo.
Hay estudios que han demostrado que todos los humanos tenemos dificultades para realizar dos tareas que demanden máxima atención al mismo tiempo. Por lo tanto, pensemos, siempre en primera persona, lo peligroso que puede ser conducir un vehículo mientras hablamos o enviamos un mensaje desde nuestro celular, aún con manos libres, dado que una de nuestras atenciones esta puesta en el celular y no en la más importante que es la vía por la cual transitamos. Tanto conductores como peatones debemos poner el 100% de atención en la vía por la que transitamos, sin excusas de ningún tipo.
Hay otros elementos de seguridad pasiva muy importantes para evitar la lesividad y la muerte luego de vernos involucrados en un siniestro de tránsito, como lo son el cinturón de seguridad, los sistemas de retención infantil y el casco para motociclistas y ciclistas. Su uso adecuado, aun a baja velocidad, evitaría más de un 60% de las lesiones graves o muertes. Tengamos además presente que todo lo que viaja en el vehículo, viaja a la velocidad del vehículo, por lo tanto todo lo que vaya suelto dentro del vehículo, ante un choque o una frenada brusca si no esta sujeto seguirá a la velocidad que venía, convirtiéndose en un proyectil que puede ser mortal.
Cuando las leyes no alcalzan
Si bien todos tenemos responsabilidad en esta pandemia, el estado tiene la responsabilidad mayor. La vigencia de las leyes, es teórica, en casos no se aplican, en casos no las respetamos, la mayoría de la población no las conoce, falta una adecuada preparación para la obtención del permiso de conducir. No han funcionado los controles o no han alcanzado, no han funcionado las recomendaciones o no han alcanzado, no a funcionado mostrar las estadísticas de muertos o no han alcanzado… ¿Qué nos está pasando ?