UN APORTE A LA SEGURIDAD VIAL
Los choques de vehículos y el atropellamiento de personas son el resultado de muchas causas, es difícil indicar qué se debe solamente a una causal. Pero…la mejora en el cumplimiento de los límites de velocidad y en especial en aquellas zonas que se hacen respetar esos límites, muestran que ha sido un gran contribuyente en la reducción de traumatismos graves cuando se produce un siniestro, por lo tanto son medidas muy importantes.
La velocidad inapropiada es un factor que contribuye a la gravedad de los siniestros de tránsito. A una mayor velocidad, mayor es la distancia requerida para poder frenar y por lo tanto, mayor el riesgo de sufrir un choque vehicular, un obstáculo o contra una persona.
Los usuarios vulnerables de la vía pública, tales como los peatones, los ciclistas y conductores de ciclomotores y motocicletas, cuentan con un alto riesgo de sufrir lesiones graves o mortales cuando los automóviles chocan contra ellos. Esto se debe a que con frecuencia están completamente desprotegidos o, en el caso de los motociclistas, cuentan con una protección muy limitada. La probabilidad de que un peatón muera si es atropellado por un automóvil aumenta drásticamente con la velocidad.
Tenemos que coincidir en que el control de la velocidad es una herramienta muy importante para mejorar la seguridad vial. Muchos conductores no reconocen los riesgos, percibiendo por el contrario beneficios al exceder las velocidades permitidas, sin tener presente los problemas que pueden ocasionar. Existen muchas razones acerca de por qué los conductores circulan a velocidades excesivas, por ejemplo hay una percepción, más allá de lo real de que el tiempo de viaje es menor, beneficio no real, pero que el conductor ve reafirmado cada vez que realiza un viaje y conduce a una velocidad por encima del límite, sin ninguna consecuencia adversa.
A pesar de que el exceso de velocidad está asociado a siniestros de tránsito graves y mortales, desde el punto de vista de un conductor, la probabilidad de sufrir un accidente grave como resultado de exceder el límite de velocidad es muy escasa, por lo que los conductores tienen mucho más en consideración la amenaza de una multa por exceso de velocidad, que la de un siniestro a causa de una velocidad excesiva.
Por lo tanto, el control de la velocidad es un desafío a enfrentar por parte de las autoridades de la seguridad vial. Reducir las velocidades de los vehículos motorizados en las áreas donde interactúan los distintos usuarios de la vía pública y en especial aquellos más vulnerables, como peatones y ciclistas, es muy importante. Una velocidad apropiada, es la que considera a la seguridad vial como el principal objetivo, contemplando tanto la movilidad como las condiciones de la vía, el entorno, los diferentes usuarios, el volumen y diversidad del tránsito, el interés por el medioambiente y la calidad de vida de los residentes de la ciudad.
Las políticas para el control de la velocidad son una de las claves para mejorar la seguridad vial. El establecer y hacer cumplir los límites de velocidad tiene una serie de medidas que se deben utilizar, entre las que se encuentran las de ingeniería, las campañas de educación pública y concientización, pero también se requiere la instalación de controladores automáticos de velocidad (radares). Como decíamos, el objetivo debe ser alcanzar un equilibrio entre la seguridad vial y la eficiencia de las velocidades de los vehículos en las vías de tránsito. Mientras más generales y complementarias sean las medidas, en especial la vigilancia y el control, mayor sea el alcance, la seriedad y la implementación de las sanciones contra el exceso de velocidad, mayor será el cumplimiento de las mismas. En este sentido, se debe promover el cumplimiento de las normas y las señales informativas de velocidad y los límites de velocidad establecidos por la ley, teniendo presente por parte de los conductores que el exceso de velocidad es un comportamiento ilegal e inaceptable, y opuesto a los intereses de la comunidad.
Entonces las cámaras fijas (radares) son una manera útil para evitar el riesgo de sufrir siniestros de tránsito relacionados con la velocidad en un lugares particulares de las ciudades. Estos dispositivos deben operar como un tratamiento de puntos conflictivos o de cambio de velocidades. Se debe trabajar para que estas cámaras y su ubicación permitán además generar un impacto en el resto de las vías. Por eso una estrategia de control de la velocidad resulta efectiva si se puede combinar operaciones con cámaras fijas y portátiles. Permitiendo de esta forma demostrar que el exceso de velocidad no será tolerado y que se están realizando controles visibles, a la vez de transmitir a los conductores el mensaje de que el exceso de velocidad es ilegal y que no está permitido en ningún lugar, ni en ningún momento.
La conclusión final es que las campañas de seguridad vial pueden cambiar el nivel de concientización y las actitudes de los conductores, pero hay poca evidencia que demuestre que puedan producir cambios en el comportamiento sin una vigilancia, control y sanción que las acompañe.